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DISCREPANCIA EN EL DESEO




Él

¡Ya llevamos una semana! ¡Y nada de nada!

 

Antes por lo menos lo hacíamos los martes, cuando por lo general, ya se fueron los gringos. Pero ahora, si no es el dolor de cabeza, es la regla o simplemente, está tan enojada que ya ni me habla. Las viejas de aquí, por lo menos son más dóciles. Ni cómo platicarles a mis amigos, ellos que me admiran como jefe, simplemente toman lo que es su derecho. ¡Cómo extraño nuestros primeros dos años en Nueva York! Había fines de semana que no saliamos del cuarto, que digo del cuarto, de la cama. Dormir, coger, comer, beber, ver películas y otra vez coger. Nunca imaginé que podríamos terminar así. Sabía que tendríamos problemas, por ejemplo, con mi mamá y mis hermanas. O dificultades con los demás miembros de la familia. Finalmente venimos de diferentes mundos.

 

Y ha sido bueno, hemos logrado mucho. El negocio va bien. La necesito. Si se va, el B&B se va a la chingada. Ella hace contacto con los gringos, lleva el chat de los interesados en la protección de las mariposas monarca, escribe en el blog y sobretodo, ¡lleva la administración! ¡Y los bancos! No, no se puede ir. Al menos no, antes de que Amalia salga de la carrera de turismo y se integre con nosotros.

 

Ella no se da cuenta y no aprecia todo lo que yo, aporto al proyecto. ¿Quién construyó el edificio con sus tres pisos? ¿Y la aberca? ¿Quién prepara los tours al cerro? ¿Quién convoca a los hombres y caballos, para que suban a los turistas al Santuario? ¿Quién tiene la influencia necesaria para tener a los agentes forestales apoyandonos? Y, sobre todo, ¿quién aplaca a todos en el pueblo, que están hasta la madre de los gringos?

 

Lo bueno es que ni la necesito, tengo el internet con todas estas nenas sabrosas.

 

 

 

Ella

Seguro que ya se está masturbando con el porno. ¡Qué bueno! así me deja en paz. Ya no soporto sus faltas de respeto. Antes se comportaba frente de los turistas, pero ahora, ya me da órdenes de macho alfa. Necesito relajarme para pensar bien. Por suerte, Rick me dejó algo de mota. ¡Que trato tan diferente! Me quedé muy impactada con su participación en el proyecto del WWO (World Wildlife Organization). Están llegando a amplias zonas de Estados Unidos y Canada para promoveer la siembra de milkweed, la única planta donde las mariposas dejan sus huevos, para que las larvas se alimenten y crezcan. Ya está demostrado. Yo pensaba que había otras más.

 

¡Qué día tan padre pasé con Rick! Un tranquilo y largo intercambio de nuestros sueños, preocupaciones e intereses. Claro que Jaime se sacó de onda. Típico macho mexicano.

 

Es común, que las parejas tengan discrepancias con respecto a muchos tópicos: el orden y la limpieza, el uso del dinero y del tiempo o cuándo, cuánto y con quién socializar, entre muchos otros. Pero la discrepancia en el deseo sexual es una de las más complicadas y con mayores repercusiones en la vida en general. Cuando el sexo es bueno no tiene tanta relevancia en la satisfacción general del matrimonio, pero el sexo malo si resuena de manera importante.

 

No se trata solamente de que uno quiere más sexo que el otro. Y definitivamente no es un problema que se resuelve con presión. Evidentemente la violencia sexual es totalmente inaceptable, pero también la presión externa e interna tienen consecuencias perjudiciales. Comentarios como: “Es mi cumpleaños, me debes mi regalo” o “Ya pasó un mes, ponte bonita este sábado”, resultan en una interrumpción del deseo. Lo mismo sucede con los monólogos silenciosos como: ”¿Qué me pasa? Estoy mal, ¡se va a ir con otros!”.

 

La discrepancia en el deseo sexual es multifactorial.

·      ¿Hay suficiente estimulación del tipo adecuado, en el lugar adecuado y durante el tiempo suficiente? ¿Es placentero?

·      ¿Algún miembro de la pareja experimenta ansiedad debido a la inseguridad corporal o desempeño sexual?: “¿Se va a dar cuenta de mis llantitas?”, “¡Ojalá no pierda la erección!”.

·      ¿Es doloroso?

·      ¿Ha habido pleitos o discusiones? Existen parejas que resuelven los problemas mediante el sexo. Para otros el enojo es un impedimento para el encuentro íntimo.

·      Alguno de los implicados ha dejado de experimentar deseo espontaneo (“Se me antoja”) y desconoce el hecho de que el deseo resonante (aquel que surge, ya que el individuo consiente a entrar en acción y aparece como respuesta a la excitación) es común y normal.

 

Sin duda, la discrepancia en el deseo es un tema delicado para la pareja y tiene un buen pronóstico cuando se trabaja en sesiones terapéuticas, pero nunca se resuelve mediante la presión.

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